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Han sido tiempos difíciles.
Durante este año hemos tenido que aislarnos, tomar distancia y encerrarnos en nuestros círculos más pequeños. Pero el mantenernos distanciados y perder el contacto físico, nos hace desconfiados, frágiles, vulnerables e inseguros.

En la Palestina hemos pensado en todo esto, nos hemos dado cuenta que en el aislamiento muchos han extrañado las idas al cine, el gimnasio, el restaurante, el bar o los amigos, pero todos en común hemos extrañado algo: los abrazos. La fuerza poderosa de este gesto simple del amor nos ha faltado a todos por igual y quisimos hacer algo inspirador para recuperar las fuerzas.